Venezuela es un país precioso, cargado de colores, aromas y sabores que se quedan grabados en la memoria de cualquiera que visita estas tierras y el Estado Bolívar no es la excepción. Con su geografía única, las comunidades que habitan cada zona han desarollado sabores característicos que se han convertido en la insignia de cada rincón de este estado.
Vivimos en una Ciudad entre ríos donde la mayoría de sus habitantes lo que menos consumen es lo que el río puede ofrecerles y es ahí cuando el chef Juan Carlos Sayalero decide entrar en la escena para enseñarle a los comensales Guayaneses, del país y del resto del mundo, que pescado de río no es sinónimo de “sabe a arena”.
Estuvimos de visita por Caribe Bistró, conociendo este hermoso espacio donde el Chef Sayalero imagina, diseña y sirve unos platillos que mezclan la belleza del río, el sabor del Caribe y por supuesto el realismo mágico del gentilico Venezolano.
Hablemos de lo que comimos:
Empezamos esta maravillosa aventura gastronómica con el primer plato: un delicioso churrasco de bacalao sudado en su jugo y vino blanco sobre una hermosa veloute de tomate, ají dulce y cebollín. Entre el churrasco y la salsa se encuentra un sublime puré de platano maduro que logra crear el contraste perfecto entre lo salado del plato y este toque dulce.
El chef Juan Carlos finaliza este plato con una ensalada fresca de cilantro y las palabras “sensillo y casual”, lo que, a juzgar por nosotros, no le hace ningún tipo de justicia a esta oda al agua.
El segundo plato nos trae de vuelta a la tierra y a sus sabores rústicos, a sus sabores fuertes y hermosamente marcados.
Un ragú de cordero en reducción de ruibarbo que le da esa frescura que todos esperamos encontrar en un plato, fuerte como la tierra pero al mismo tiempo ligero como el viento, acompañado de papas a la francesa y presentado en una hermosa pieza de barro oscuro que nos permite apreciar una historia totalmente diferente.
Comer es más que un simple acto de supervivencia, es un elogio a los artistas que se encuentran dentro de una filipina y detrás de un sartén durante horas para traerte a la mesa maravillas que con el primer bocado pueden llevarte a momentos específicos de tu vida o crear nuevos sabores en paladares vírgenes.
¿Se les hizo agua la boca? Esa es la idea, por eso les dejamos por acá la dirección de este maravilloso lugar para que (al igual que nosotros) puedan disfrutar de la maravilla que es comer con sabor venezolano.
Posada “Las morocotas” – Ciudad Guayana – Estado Bolívar – Venezuela
